Ante la presión social, ingenios del sur disminuyeron en forma parcial su impacto al medio ambiente

Vecinas de Aguilares exponen sus reclamos a un directivo del ingenio local. Según los pobladores, la fábrica invirtió debe continuar realizando inversiones.

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De manera dispar, e impulsados por el reclamo vecinal, ingenios del sur de la provincia realizan inversiones para mitigar el impacto al medio ambiente. Mientras barrios enteros aún padecen ruidos ensordecedores que causan los escapes de gas de las calderas, en otras localidades el hollín representa la principal amenaza. La disposición de la vinaza: entre el avance tecnológico y el temor por las lagunas de sacrificio.

El proceso se repite como cada año. Las poblaciones lindantes a los ingenios se preparan para soportar el maltrato al medio ambiente que los circunda. Sin embargo, la letanía social ante el avasallamiento, en los últimos años se transformó en reacción. Fue (y es) la resistencia comunitaria lo que motorizó el paulatino cambio que, en forma parcial, vienen realizando las fábricas azucareras para aminorar el daño que causan. Este marco, bien puede ejemplificarse con el control que vecinos del sur de la provincia aplican sobre los ingenios de la zona y la dispar respuesta de estos ante esa presión popular. El lunes, un grupo de vecinos logró reunirse con autoridades del ingenio Aguilares para insistir con cada uno de los pesares que esta fábrica les causa. No era la primera vez que ambas partes se reunían. Pero era hora de evidenciar qué hizo esta empresa ante las quejas de la población. Recibidos por Roberto Abaca, directivo de la firma Energías Sustentables del Tucumán S.A (perteneciente al grupo Colombres), los vecinos reclamaron por los estridentes ruidos que causan los escapes de vapor de las calderas de la fábrica. También hubo quejas ante la contaminación atmosférica causada por la dispersión de bagazo crudo desde la planta hacia los alrededores. De hecho, para expresar su malestar, un vecino le “devolvió” a Abaca una bolsa repleta de bagazo que recolectó en su domicilio. De dicho encuentro formó parte Olga Angélica Díaz, afectada por un fuerte enfisema pulmonar, aparentemente por la inhalación de partículas contaminantes. Desde la empresa, se reconocieron mejoras parciales y ofrecieron promesas de cambios. Según integrantes de la agrupación Unión de Vecinos de Sur (Univec), la firma se comprometió a instalar un nuevo silenciador para aminorar los ruidos que causa. También se aseguró la instalación de una cobertura que disminuya la dispersión del bagazo. En cuanto a la vinaza, el ingenio adelantó que su tratamiento será tercerizado a una empresa norteamericana que obtendría compost a partir de los desechos industriales. Sin embargo, no se dio una fecha precisa para esta inversión que sería financiada por el Banco Macro. En lo que respecta a la caída de hollín desde las chimeneas de la planta, Univec reconoció que hubo una sensible disminución de la misma gracias a filtros recientemente instalados, luego de sucesivos reclamos por parte de los vecinos. Por Esteban Stanich

Un sabor agridulce tras recorrer el ingenio La Corona
El viernes pasado, una inspección de la Secretaría de Medio Ambiente provincial fue aprovechada por Univec para constatar la situación del ingenio La Corona, en Concepción. Una de las principales falencias históricas que la población denunció en forma constante a esta empresa se vinculó a la ausencia de filtros que disminuyan la contaminación aérea. La presión social al Gobierno y la propia fábrica comenzó a aportar resultados: el ingenio ya instaló tres dispositivos nuevos en calderas y prometió que no dejará funcionar la chimenea restante hasta que cuente con un filtro. Por otra parte, Univec solicitó al secretario de Medio Ambiente, Alfredo Montalván que explique qué tipo de tratamiento realizará este ingenio a la vinaza que genera en una finca ubicada en la localidad de Arcadia.

En La Trinidad no paran de quejarse
Donde, según los vecinos, los padecimientos se extenderán por más tiempo, sería en La Trinidad. Entre los insoportables ruidos que generan los escapes de gas, la lluvia negra causada por la emanación de hollín y el temor por la construcción de biodigestores para el tratamiento de la vinaza en un predio cercano a un club local, el malestar de la población tiende a agravarse. “Entre el anochecer y la mañana, el ruido de las calderas del ingenio La Trinidad es ensordecedor. Ni siquiera se puede dictar clases por la potencia del sonido. En comparación con otras, esta empresa fue la que menos parece haber escuchado los reclamos de la sociedad”, se quejó Gustavo Masmud, docente de esa población cercana a Concepción.

Malestar por los desechos del ingenio Marapa
En Juan Bautista Alberdi, el ingenio Marapa también se ganó los reclamos de la población. La empresa habría dispuesto la construcción de lagunas de sacrificio para el tratamiento de vinaza en un predio muy cercano a la población con los problemas ambientales que esto implicaría. Mientras tanto, Marapa continuaría disponiendo la vinaza en los piletones de la planta Los Guayacanes donde también se tratan los desechos cloacales de Alberdi. Según denunció Masmud, el sistema de tratamiento es obsoleto. Prueba de ello, sostuvo, es el alto nivel de contaminación que presenta el arroyo Matazambi donde van a parar los efluentes tras pasar por los piletones.
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