El ombudsman pidió un informe al Comité de Cuenca Salí-Dulce sobre la mancha negra y de olor nauseabundo que llegó al lago Río Hondo. “Sabíamos que algo de esto iba a ocurrir”, manifestó.
DAÑO AMBIENTAL. Los desechos que arrojan las industrias tucumanas provocan la degradación del ecosistema.
Así como preocupa a los termeños el avance en el lago Río Hondo de una mancha negra de olor nauseabundo que provino del río Salí, también preocupa a los industriales azucareros, responsables de la contaminación de la cuenca Salí-Dulce, el avance de las causas judiciales por delitos ambientales por las que ya se dictaron procesamientos a algunos empresarios.
Así lo reveló el defensor del Pueblo de Tucumán, Hugo Cabral, quien contó que los empresarios consideran “injusto” que se los persiga judicialmente. En tal sentido, Cabral se mostró partidario de buscar otro camino que no sea la Justicia para resolver esta problemática, al decir que a veces, ésta resuelve las cosas “de una manera que no es lo más conveniente”.
En diálogo con EL LIBERAL, Cabral comentó que ante el reciente hallazgo de una mancha negra con peces muertos en el lago Río Hondo, dijo que solicitó un informe completo al Comité de Cuenca sobre ese monitoreo. Confesó que este caso le cayó mal y que ya en la reunión de Adpra en Santiago del Estero “los defensores sabíamos que algo de esto iba a ocurrir, porque las obras (en los ingenios para tratar los desechos) están comenzando y están programadas a tres años”.
Ante este cuadro, afirmó que hay idea de los ombudsman “de que nos pongamos firmes para que comiencen todas las obras, pero hay una progresividad en eso. Esto lo sabíamos”, acotó.
Al recordársele sus dichos de que si los industriales no cumplían con las obras, iba a estar a la par de Santiago promoviendo acciones judiciales, manifestó que notó una intención de los azucareros de realizar las obras para tratar la vinaza, más aún con el avance de la Justicia en distintas causas ambientales.
“Todos me han demostrado su preocupación, y mencionaron que presentaron sus proyectos al Plan de Reconversión Industrial, y que algunos han comenzado las obras. Espero que cumplan, yo he pedido un monitoreo permanente y he pedido al resto de los defensores, un seguimiento de los monitoreos para tener certeza de que está camino a resolverse en el menor tiempo posible”, dijo Cabral.
“Lo importante es que se hagan las obras”, recalcó el funcionario tucumano quien sostuvo que de continuar esta situación, se corre un doble riesgo: el social ante un eventual cierre de firmas que incumplan las normas y el riesgo ambiental de la contaminación. Al respecto sostuvo: “La mejor manera de dejar de correr esos riesgos, es que nosotros hagamos las obras necesarias”.
Experiencia
Para basar esta postura, dijo que los defensores de la cuenca Matanza-Riachuelo, contaron en la reunión de Adpra, que la intervención de la Corte Suprema ante la contaminación que generan las industrias “tiene sus aspectos positivos y muchos negativos”.
“Cuando los gobiernos y los industriales no hacen lo que hay que hacer –señaló-, y todo queda en manos de la Justicia, aún con la mejor intención, la Justicia no es especialista en cuestiones ambientales, y a veces dan órdenes para que se hagan las cosas de determinada manera que no son las mejores”.
Rescató que fue una rica experiencia la que contaron sus pares, ya que hasta antes de esta exposición, todos coincidían en que se podía llegar a algo similar para la Cuenca Salí-Dulce (la intervención de la Corte), “pero lo ideal sería que nosotros tengamos las riendas, los cordobeses, los santiagueños y los tucumanos, porque a veces la Justicia lo resuelve de una manera que no es lo más conveniente”, sentenció.
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