Cuando todavía restan casi dos meses para el inicio de la zafra, las quejas por contaminación de los ingenios comenzaron a sentirse en forma anticipada. Otra vez, como en los últimos años, el blanco de los reclamos es el ingenio La Trinidad, ubicado en la localidad homónima. Más allá de la cachaza y la vinaza que tienden a maltraer cada año a los vecinos, ahora las penurias se vinculan a la contaminación sonora que causa esta fábrica y que, se teme, vuelva a hacerse sentir.“Necesitamos un urgente tratamiento a fin de que la firma responsable adecue sus instalaciones colocando los dispositivos necesarios para minimizar el impacto que estos ruidos molestos causan cada año a los seres humanos de La Trinidad”, se quejaron desde la ONG Unión de Vecinos del Sur.
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