CONCEPCIÓN
Alberto Fabián Barrera, es un docente que desde hace años lucha contra la preservación del medio ambiente. Asegura que toda la ciudad se ve perjudicada por las industrias.
Publicado el 18/09/2011
Tucumán (enviados especiales) “¿Ustedes vienen por lo de la contaminación? Vayan para el lado del río y van a ver que eso es una mugre y que no se puede ni respirar”. De esta manera recibió al equipo periodístico de EL LIBERAL el playero de una estación de servicio ubicada en el centro de la ciudad de Concepción de Tucumán.
Y de inmediato se acercó uno de sus compañeros para aportar otro comentario por el estilo. “Yo también voy a pescar, igual que ustedes. Nos están dejando sin pescaditos”, se lamenta.
Y ese es el ambiente que se percibe en la ciudad tucumana donde citrícolas y azucareras vuelcan sus desechos sin tratamiento hacia el cauce de ríos y arroyos cuyos cursos de agua aportan al embalse de Río Hondo. “Ustedes se quejan por el lago, nosotros lo sufrimos todos los días con los malos olores, el humo, el hollín, pero nadie hace nada”, agregan los trabajadores de la estación de servicio.
En un café céntrico, el diálogo es más formal con Alberto Fabián Barrera, un docente nacido en Concepción y que lamenta la forma en que su comunidad sufre este mal.
“Una de las cosas que queremos es exigirle al ingenio Ñuñorco la instalación de filtros, porque contamina mucho el medio ambiente, ya que no sólo elimina sus desechos a través del río Pueblo Viejo, sino que también lo hace con la eliminación del hollín a través de sus chimeneas, lo que ocasiona serios trastornos en la vista y en las vías respiratorias de los habitantes”, se queja.
Al mismo tiempo, el docente considera que “debería haber una fuerte política de exigencia de parte del Departamento Ejecutivo de la provincia para la instalación en todos los ingenios de un sistema de filtros que es un factor contaminante”.
Consideró luego que los ingenios han sufrido con el avance del tiempo un proceso de desgaste, se han vuelto obsoletos, aunque existen adelantos tecnológicos.
Sistema perverso
En este punto, Fabián hace referencia al modo de presión que ejercen los empresarios para evitar realizar inversiones en materia de avances para el tratamiento de sus desechos, al indicar que amenazan con cerrar fuentes de trabajo.
“Nunca se han respetado las políticas de no contaminación, a costa de mantener fuentes de trabajo. Es una presión maquiavélica la que realizan los empresarios, porque dicen que dan fuentes de trabajo para 300 personas, pero sin embargo dañan a muchísimas más y nadie se anima a clausurar sus industrias a pesar de que contaminan”, enfatizó.
Pero consideró que este argumento es antojadizo de parte de las empresas ya que sólo se busca no invertir, no gastar dinero en algo que no les dará un rédito inmediato. “Las empresas han incorporado tecnología para la cosecha y para la producción de la caña, pero no se ha invertido en el tratamiento de los desechos. O sea que tecnología hay, sólo falta la voluntad de utilizarla para evitar seguir haciendo daño. Tampoco las autoridades les exigen nada”, concluyó.
El docente hizo notar que en la zona oeste de la provincia de Tucumán se asientan todas las industrias citrícolas y azucareras, que eliminan muchísimos desechos tóxicos, causando un grave perjuicio a la salud de las personas y un severo daño al medio ambiente.
http://www.elliberal.com.ar/ ampliada.php?ID=10702
Y de inmediato se acercó uno de sus compañeros para aportar otro comentario por el estilo. “Yo también voy a pescar, igual que ustedes. Nos están dejando sin pescaditos”, se lamenta.
Y ese es el ambiente que se percibe en la ciudad tucumana donde citrícolas y azucareras vuelcan sus desechos sin tratamiento hacia el cauce de ríos y arroyos cuyos cursos de agua aportan al embalse de Río Hondo. “Ustedes se quejan por el lago, nosotros lo sufrimos todos los días con los malos olores, el humo, el hollín, pero nadie hace nada”, agregan los trabajadores de la estación de servicio.
En un café céntrico, el diálogo es más formal con Alberto Fabián Barrera, un docente nacido en Concepción y que lamenta la forma en que su comunidad sufre este mal.
“Una de las cosas que queremos es exigirle al ingenio Ñuñorco la instalación de filtros, porque contamina mucho el medio ambiente, ya que no sólo elimina sus desechos a través del río Pueblo Viejo, sino que también lo hace con la eliminación del hollín a través de sus chimeneas, lo que ocasiona serios trastornos en la vista y en las vías respiratorias de los habitantes”, se queja.
Al mismo tiempo, el docente considera que “debería haber una fuerte política de exigencia de parte del Departamento Ejecutivo de la provincia para la instalación en todos los ingenios de un sistema de filtros que es un factor contaminante”.
Consideró luego que los ingenios han sufrido con el avance del tiempo un proceso de desgaste, se han vuelto obsoletos, aunque existen adelantos tecnológicos.
Sistema perverso
En este punto, Fabián hace referencia al modo de presión que ejercen los empresarios para evitar realizar inversiones en materia de avances para el tratamiento de sus desechos, al indicar que amenazan con cerrar fuentes de trabajo.
“Nunca se han respetado las políticas de no contaminación, a costa de mantener fuentes de trabajo. Es una presión maquiavélica la que realizan los empresarios, porque dicen que dan fuentes de trabajo para 300 personas, pero sin embargo dañan a muchísimas más y nadie se anima a clausurar sus industrias a pesar de que contaminan”, enfatizó.
Pero consideró que este argumento es antojadizo de parte de las empresas ya que sólo se busca no invertir, no gastar dinero en algo que no les dará un rédito inmediato. “Las empresas han incorporado tecnología para la cosecha y para la producción de la caña, pero no se ha invertido en el tratamiento de los desechos. O sea que tecnología hay, sólo falta la voluntad de utilizarla para evitar seguir haciendo daño. Tampoco las autoridades les exigen nada”, concluyó.
El docente hizo notar que en la zona oeste de la provincia de Tucumán se asientan todas las industrias citrícolas y azucareras, que eliminan muchísimos desechos tóxicos, causando un grave perjuicio a la salud de las personas y un severo daño al medio ambiente.
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