La presencia del secretario de Medio Ambiente de la provincia, Alfredo Montalván, y de personal del Siprosa, había generado expectativas entre los pobladores de La Trinidad. Se había renovado la esperanza de que la fábrica azucarera sea obligada a disminuir los altos decibeles causados por los escapes de vapor de sus calderas. Creían que por fin sus denuncias iban a ser corroborada por las autoridades. Pero la madrugada de ayer les dejó una sorpresa desagradable.
Como pocas veces en las últimas semanas, y justo cuando personal de la Dirección General de Salud Ambiental realizaba mediocres de presión acústica, el ingenio La Trinidad, sugestivamente, emitió ruidos con una intensidad sensiblemente menor a la acostumbrada, según expresaron vecinos de la zona a primerafuente.
“Otra vez nos sentimos burlados. Esto sucede porque los directivos de la firma Azucarera Argentina ya habían sido advertidos por la Secretaría de Medio Ambiente (SEMA) de que durante la noche iban a medirse la potencia del sonido que causan. Sospechosamente, al mismo tiempo, el ruido disminuyó notoriamente”, reclamó el presidente de la fundación ambientalista Ave Fénix, Gustavo Masmud.
El activista afirmó que tras quejarse, Montalván se comprometió a realizar nuevas mediciones “las veces que sean necesarias”. “Esperemos que cumpla lo dicho ya que esta situación desacredita las permanentes denuncias que venimos realizando contra el ingenio”, agregó Masmud quien lamentó que se haya permitido a La Trinidad iniciar la zafra sin haber colocado silenciadores tal como se viene reclamando desde el año pasado.
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