lunes, 18 de enero de 2010

SI LO DICE LA GACETA........

Tragos amargos y golosinas

Domingo 17 de Enero de 2010 | El gobernador hizo una encendida defensa del plan "Argentina trabaja" y planteó un dilema ético a los que comentan y critican. Punteros, ventajas e investigaciones.

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Prosecretario de Redacción

Un fuerte dilema ético le planteó el gobernador José Alperovich al sorprendido periodista de LA GACETA el jueves pasado en el barrio El Mirador de Villa Carmela: "ya que es periodista, ayude. Usted ve a esta gente, esta gente está necesitando trabajo: es gente que no tiene absolutamente nada. No hagamos sobre la espalda de esta gente pobre -porque es pobre- que todo está mal, que se roba". Así, sencillamente, pidió que no se generalice a todo el sistema del plan "Argentina trabaja" las dudas que desató la denuncia de la beneficiaria Verónica Pedernera contra los punteros Amalia Herrera y Manuel y Guillermo Quiroga, por intentar quedarse con los $1.200 que le correspondían. Como en el allanamiento a la comuna de San Pablo no se encontró nada, como el Estado ya le dio la plata a Verónica y como están detenidos los tres punteros denunciados ("los pares de pícaros, usted sabe dónde están", le dijo Alperovich al periodista), el gobernador usó el principio de lógica inversa: si de una denuncia por un ilícito se generaliza a pensar que todo el plan es corrupto, de un allanamiento de resultado cero (diría Alperovich) también se puede generalizar y concluir que todo el plan es transparente.

En el mundo hay mentiras y falsedades,/hechos, verdades y casualidades,/hay mentalidades horizontales,/verticales y diagonales.

Pero no era la prensa la que había hecho la denuncia. El caso de Verónica Pedernera saltó a partir de una queja anónima de una señora (se identificó como Dora) que después de horas de hacer cola quedó sin plan; y de una aseveración genérica de un concejal de Las Talitas (Juan Carlos Abregú) que dijo que dirigentes políticos reparten discrecionalmente los planes. Luego apareció Pedernera, vino la detención de los hermanos Quiroga (que se habían hecho notorios hace dos años junto con el entonces combativo y hoy acallado dirigente de la Uocra Celso Sosa por incidentes y supuestos saqueos de comercios en Banda del Río Salí), la intervención del fiscal general federal Antonio Gustavo Gómez (que ya tiene siete denuncias concretas) y del fiscal provincial Carlos Sale. Y también vinieron andanadas políticas: de dirigentes opositores que critican el clientelismo y la estructura dependiente que genera este sistema de cooperativas; y de piqueteros que quedaron afuera del plan, y que denuncian que en toda la provincia hay punteros que les piden a los cooperativistas parte de sus remuneraciones (Juan Rodríguez, de la CCC, dijo que profundizarán las protestas si no se democratiza el plan). Otro edil de Las Talitas, Luis Córdoba, echó más leña al fuego: dijo que, con tres excepciones, "el resto de los concejales recibió cupos para poner cooperativistas, pero no sabemos cuánto, porque lo manejan a puertas cerradas. Creo que el programa está mal manejado".

La culpa no es de la prensa, pero la inquietud del gobernador al defender el plan no calmó las dudas que se han generado en estos 10 días de escándalo, porque no se sabe claramente si hay más que "esos pares de pícaros que usted sabe donde están".

Hay tragos amargos y golosinas,/hay enfermedades y medicinas,/hay bolsillos llenos, carteras vacías,/hay más ladrones que policías.

Los que tenían que hablar -los intendentes de Banda del Río Salí, Las Talitas, Yerba Buena, el comisionado comunal de San Pablo, entre otros lugares que está investigando la Justicia Federal y donde hasta ahora no se halló nada- no hablaron. Zacarías Khoder, de Banda del Río Salí, se atragantó el martes en Casa de Gobierno ante el periodista de LA GACETA (el mismo al que el gobernador increpó el jueves), pero esquivó las respuestas a las preguntas sobre los hermanos Quiroga y las razones por las que administran dinero (supuestamente) del Estado para mantener 18 comedores comunitarios y además están vinculados con el reparto de beneficios de "Argentina trabaja".

Hay cosas reales y melodramas,/hay laberintos y crucigramas,/existen llamadas que nadie contesta,/hay muchas preguntas y pocas respuestas.

Ahora la andanada de políticos opositores está dirigida a los que armaron las 250 cooperativas. Ven los apellidos Khoder, Cortalezzi y otros y preguntan si hay vínculos. Y las preguntas que van por debajo son si en ese entramado de vínculos puede haber más prácticas como las denunciadas por Verónica Pedernera.

Un problema es que la conformación del programa es endeble en cuanto a transparencia y, evidentemente, permite la actuación de figuras en las sombras como los hermanos Quiroga, que manejan una fuerte red social (dicen las vecinas del barrio que en sus 18 comedores tienen 2.700 bocas, o sea 2.700 votos). Por eso salieron las mujeres del barrio a defenderlos con decisión cuando los detuvieron. El Gobierno negó tener vínculos con ellos.

El programa conjugó para los políticos la necesidad ("hay gente muy pobre, que no tiene nada", como dice Alperovich) y la utilidad (les da a los dirigentes evidente ventaja política) pero no se entiende cómo es que, a ocho años de trabajos con redes sociales (digamos, desde la crisis de los desnutridos en Tucumán) todavía se siguen haciendo programas como el "Argentina trabaja" que generan conflictos en su aplicación y dudas sobre su transparencia.

La respuesta es que tienen un impacto rápido. La gente del barrio El Mirador ("los que no tienen absolutamente nada", como dijo Alperovich) sólo tenía agradecimiento para el mandatario. "Al gobernador, un agradecimiento total. Gracias a él estamos en las cooperativas y tenemos esto", dijo la beneficiaria María Fernanda Gutiérrez. Como Residente, el cantante de Calle 13, ya casi le cantaban "no hay nadie como tú". "Gobernador, gracias por este proyecto. Al menos podemos terminar la casa y darles algo más digno a nuestros hijos", dijo Andrea Ibarra.

Y sí. Gente que antes tenía un plan PEC de 150 pesos y pasa a otro de 1.200 pesos tiene que estar muy agradecida. Pero de las revelaciones que surjan a partir de la investigación de la Justicia Federal podrá saberse el historial de las cooperativas, quiénes las armaron, cómo se crearon, si son todas territoriales (responden a un dirigente), si se hizo una convocatoria pública para que alcanzara a todos los habitantes, si hubo claros criterios de selección en edad, sexo, situación de necesidad, a partir de un mapa de pobreza. ¿Hay un mapa de pobreza?

La dignidad, precisamente, es uno de los puntos bravos en la construcción de las redes sociales. Y presionar a la gente para que entregue su firma o su DNI para intercambio del beneficio de un plan solventado con plata del Estado (con la plata de los jubilados, de la Anses) es poco digno. En su libro "Dignidad para todos", Carlos March (referente de Poder Ciudadano y de la Fundación Avina Argentina) se pregunta si es posible construir capital social ligado a la dignidad humana. Explica que se trata de un proceso de continua construcción en el que intervienen políticas públicas, el manejo de bienes comunes, recursos que se crean y recrean. Cita al educador colombiano Bernardo Toro: "un país pobre no se mide por su trabajo, sino por la riqueza de su entramado social". March concluye que "no hay capital social sin dignidad humana". Habría que preguntarse cómo estimulan la dignidad y la construcción de ese capital social estos planes.

Alperovich, en su interpelación al periodista de LA GACETA, le planteó el dilema ético de todo trabajo de investigación: ¿encontrar una manzana podrida implica que todas las demás lo están? "Como en la vida: hay políticos buenos, políticos malos; hay periodistas buenos y periodistas malos. No podemos generalizar: ’no sirve el plan, no sirve esta gente y no sirve absolutamente nada’. Ayúdeme. Hable con la gente para demostrar que este plan no es malo", dijo el gobernador.

No está mal pedirle ayuda a la prensa. Pero mejor sería que se controle y que se ayude a la Justicia a dilucida esto, porque, por lo general, las denuncias caen, la gente presionada en las redes de punteros no se anima a hablar y las investigaciones corren el riesgo de quedar en la nada.

Hay gente valiente, gente con miedo,/gente que el mundo no le importa un bledo,/gente parada, gente sentada,/gente soñando y gente despertando. (“Nadie como tú”, Calle 13)

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