Clausuraron Citromax y se puso fecha de defunción a sus cuestionados piletones
http://primerafuente.com.ar/nota.asp?id_seccion=2&seccion=&id_nota=40731
La citrícola taficeña permanecería clausurada hasta mediados de marzo mientras el Siprosa estudia muestras tomadas de los desechos vertidos. Olores, moscas y enfermedades obligaron a los vecinos a protestar frente a la fábrica. Desde Medio Ambiente se dispuso poner fin al sistema de tratamiento en piletones y preparan un proyecto piloto para tratar los desechos urbanos e industriales en una planta especial. Mientras tanto, la citrícola deberá realizar un tratamiento primario mediante filtros a sus desperdicios antes de su arrojo. Sin embargo, se duda de la efectividad de este sistema y se analiza el impacto que tendrá sobre la cuenca Salí-Dulce. Otra vez el vaso volvió a rebalsarse con la fuerte diseminación de olores y moscas que los desechos de la citrícola Citromax generaron por varios barrios de Tafí Viejo. Fue tan fuerte la emanación de las pestilencias que vecinos de la capital también se vieron afectados. Alergias, erosiones cutáneas, problemas respiratorios fueron una constante durante el fin de semana entre los habitantes lindantes a la empresa.
A raíz de esto, vecinos realizaron una denuncia judicial que movilizó a diferentes sectores públicos. Pasadas las 22 del domingo, tras tomar muestras de los efluentes que se vierten por el arroyo Tafí Viejo (se une con el canal Norte para luengo desembocar en el río Salí), desde el municipio taficeño se optó por clausurar la planta de la empresa ubicada sobre la ruta Nº 315, a metros del barrio CGT.
Los funcionarios explicaron que el fuerte olor se produjo por el derrame de ácido clorhídrico mientras se realizaba tareas de limpieza los cuatro piletones que posee, en donde se depositan los residuos del tratamiento del limón.
Previamente, autoridades de Defensa Civil del municipio local y el propio defensor del Pueblo, Jorge García Mena, se apersonaron en el lugar. En forma paralela, los vecinos se autoconvocaron y realizaron una protesta frente a la fábrica.
Ayer, en horas de la tarde, a una nueva concentración vecinal, se le sumó el secretario de Medio Ambiente provincial, Alfredo Montalván. Para apaciguar los ánimos, el funcionario salió a confirmar el fin del sistema de piletones que durante los últimos años usó la empresa para disminuir los niveles de contaminación en sus efluentes. En realidad, los enormes reservorios de desechos terminaron siendo más una insoportable alternativa que una solución.
Por lo pronto, se potenciará la idea de crear una planta de tratamiento de efluentes de las citrícolas taficeñas junto a los desechos cloacales de esta ciudad. A través de un sistema de ductos y canales, la carga contaminante desembocará en una planta para su tratamiento antes de ser derivada a la cuenca del Salí-Dulce.
A mayor escala, el proyecto apuntaría a una extensión de colectores principales con dos tramos diferenciados. Uno abarcaría los efluentes de las citrícolas Citromax, Cota más los desechos urbanos de Tafí Viejo y Las Talitas. El otro colector tomaría los desechos de las citrícolas Trapani y Litoral Citrus. Ambos desembocarían en una planta de tratamiento de desagües.
¿Qué pasará hasta entonces?
Si, como se dijo, Citromax tiene plazo hasta la próxima zafra de citrus para limpiar y dejar de usar sus piletones de desechos, ¿qué sistema de tratamiento se utilizará posteriormente para disminuir la contaminación al río Salí?
La idea es que, hasta que se habilite un sistema piloto inspirado en el mencionado plan de tratamiento de desechos industriales y urbanos, los desperdicios de Citromax vuelvan a ser vertidos hacia el arroyo local, sólo con un tratamiento primario a través de filtros.
Con esto se buscaría apaciguar los ánimos de los vecinos (al desaparecer las problemáticas piletas) aunque cuesta creer que los niveles de contaminación de los efluentes que irán a parar a la cuenca se encontrarán por debajo de las normas vigentes, con las consecuencias legales que esto implica.
Por lo pronto, la empresa continuaría clausurada hasta el 18 de marzo, fecha hasta la cual los piletones deberán quedar totalmente limpios, sin que se produzcan nuevos derrames.
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La citrícola taficeña permanecería clausurada hasta mediados de marzo mientras el Siprosa estudia muestras tomadas de los desechos vertidos. Olores, moscas y enfermedades obligaron a los vecinos a protestar frente a la fábrica. Desde Medio Ambiente se dispuso poner fin al sistema de tratamiento en piletones y preparan un proyecto piloto para tratar los desechos urbanos e industriales en una planta especial. Mientras tanto, la citrícola deberá realizar un tratamiento primario mediante filtros a sus desperdicios antes de su arrojo. Sin embargo, se duda de la efectividad de este sistema y se analiza el impacto que tendrá sobre la cuenca Salí-Dulce. Otra vez el vaso volvió a rebalsarse con la fuerte diseminación de olores y moscas que los desechos de la citrícola Citromax generaron por varios barrios de Tafí Viejo. Fue tan fuerte la emanación de las pestilencias que vecinos de la capital también se vieron afectados. Alergias, erosiones cutáneas, problemas respiratorios fueron una constante durante el fin de semana entre los habitantes lindantes a la empresa.
A raíz de esto, vecinos realizaron una denuncia judicial que movilizó a diferentes sectores públicos. Pasadas las 22 del domingo, tras tomar muestras de los efluentes que se vierten por el arroyo Tafí Viejo (se une con el canal Norte para luengo desembocar en el río Salí), desde el municipio taficeño se optó por clausurar la planta de la empresa ubicada sobre la ruta Nº 315, a metros del barrio CGT.
Los funcionarios explicaron que el fuerte olor se produjo por el derrame de ácido clorhídrico mientras se realizaba tareas de limpieza los cuatro piletones que posee, en donde se depositan los residuos del tratamiento del limón.
Previamente, autoridades de Defensa Civil del municipio local y el propio defensor del Pueblo, Jorge García Mena, se apersonaron en el lugar. En forma paralela, los vecinos se autoconvocaron y realizaron una protesta frente a la fábrica.
Ayer, en horas de la tarde, a una nueva concentración vecinal, se le sumó el secretario de Medio Ambiente provincial, Alfredo Montalván. Para apaciguar los ánimos, el funcionario salió a confirmar el fin del sistema de piletones que durante los últimos años usó la empresa para disminuir los niveles de contaminación en sus efluentes. En realidad, los enormes reservorios de desechos terminaron siendo más una insoportable alternativa que una solución.
Por lo pronto, se potenciará la idea de crear una planta de tratamiento de efluentes de las citrícolas taficeñas junto a los desechos cloacales de esta ciudad. A través de un sistema de ductos y canales, la carga contaminante desembocará en una planta para su tratamiento antes de ser derivada a la cuenca del Salí-Dulce.
A mayor escala, el proyecto apuntaría a una extensión de colectores principales con dos tramos diferenciados. Uno abarcaría los efluentes de las citrícolas Citromax, Cota más los desechos urbanos de Tafí Viejo y Las Talitas. El otro colector tomaría los desechos de las citrícolas Trapani y Litoral Citrus. Ambos desembocarían en una planta de tratamiento de desagües.
¿Qué pasará hasta entonces?
Si, como se dijo, Citromax tiene plazo hasta la próxima zafra de citrus para limpiar y dejar de usar sus piletones de desechos, ¿qué sistema de tratamiento se utilizará posteriormente para disminuir la contaminación al río Salí?
La idea es que, hasta que se habilite un sistema piloto inspirado en el mencionado plan de tratamiento de desechos industriales y urbanos, los desperdicios de Citromax vuelvan a ser vertidos hacia el arroyo local, sólo con un tratamiento primario a través de filtros.
Con esto se buscaría apaciguar los ánimos de los vecinos (al desaparecer las problemáticas piletas) aunque cuesta creer que los niveles de contaminación de los efluentes que irán a parar a la cuenca se encontrarán por debajo de las normas vigentes, con las consecuencias legales que esto implica.
Por lo pronto, la empresa continuaría clausurada hasta el 18 de marzo, fecha hasta la cual los piletones deberán quedar totalmente limpios, sin que se produzcan nuevos derrames.
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