Los desbordes cloacales no dan respiro a los vecinos del sur de la capital
CONDENADOS A LOS FOCOS INFECCIOSOS. Vecinos de varios barrios del sur de la capital denunciaron a primerafuente la delicada situación sanitaria que padecen debido a la permanente circulación de desechos cloacales por las puertas de sus casas. “El sistema está colapsado. Pese a las constantes quejas a la SAT nadie vino a solucionar esto durante los últimos días. Las bocas de registro están desbordadas y el agua fluye en forma permanente por las calles”, se quejó María Ledesma, vecina del barrio CGT. Para colmo, en varias casas de la zona, los efluentes rebalsaron a tal punto que los baños domiciliarios debieron ser clausurados. “La gente pide prestado los baños de vecinos. Muchos debieron pasar la Navidad en casas de parientes por el olor y la suciedad en el que viven”, agregó Ledesma. Esta situación se repite en los barrios Blasco, Mediterráneo, Lapacho Sur, Parque Sur y en San Felipe, entre otros.
A minutos de Casa de Gobierno, miles de personas viven en medio de arroyos de aguas cloacales
No hay cuadra sin pestilencias. Los innumerables cauces de desechos cloacales circulando por las destruidas calles de los barrios del sur de la capital son una postal que, gracias a su permanencia, ya se volvió típica. Así viven miles de vecinos del canal sur. Un gran número de ellos ni siquiera cuentan con cloacas. Los pozos ciegos son una alternativa que deja a la delicada realidad sanitaria como un complemento ineludible de la miseria en la que esta gente vive. La saturación de este precario sistema junto a la superficialidad de las napas freáticas no da margen a una calidad de vida al menos digna. A tal extremo llega esta situación que en los sectores más humildes, los vecinos deben compartir el pozo de las pocas viviendas que aún soporta más desechos. En otras palabras, al carecer de baños y tener sus pozos rebalsados deben acudir al del vecino. Por más insólito y triste que parezca. “Una vez que los inodoros y pozos se rebalsan toda la casa de llena de aguas servidas. Inmediatamente se llena de moscas verdes y luego se forman gusanos. Así se vive aquí. Las infecciones que padecemos son frecuentes. Estamos abandonados por el gobierno”, lamentó resignada Juana Rosa Alderete. Fuera de las viviendas tampoco se encuentra alivio. El olor nauseabundo hace irrespirable cada rincón de ese extremo de la capital. Allí van a parar los líquidos cloacales de todo el norte y oeste de la ciudad. Es tal el volumen de líquido que se transporta que el sistema se colapsa, las bocas de registro se destapan y el agua fluye en forma permanente por las calles. El panorama, pese a las inversiones que se están realizando, no parece alentador. En el centro se están levantando alrededor de un centenar de edificios pero la red cloacal, que ya tiene más de un siglo de antigüedad, en proporción, creció muy poco. La casa de María Angélica Razuk es un ejemplo de esta realidad. Ubicada en la intersección de La Rioja y Fortunata García, en Los Vázquez, debe soportar, cada vez que llueve, la inundación de su vivienda por la colmatación de su cámara séptica. Pese a esta contingencia, se siente afortunada: está entre los “privilegiados” de la zona que sí cuenta con conexión cloacal. Detrás del Mercofrut, un polo infeccioso El periplo por los manantiales de cloacas tiene un punto insoslayable en la unión de los barrios Alejandro Heredia y El Salvador, detrás del Mercofrut. La solución para “tratar” los desechos de la gran cantidad de baños que existen en el centro de ventas frutihortícola fue la instalación de enormes piletones a cielo abierto donde van a parar las aguas servidas (ver video aparte). El foco infeccioso que estos pantanos de material fecal representan es difícil de tolerar. Entre los olores nauseabundos, los mosquitos y un paisaje deplorable, quienes allí viven se sienten habitantes de segunda. Inodoros saturados, aguas cloacales que recorren las puertas de las casas, pestilencias irrespirables. El asco ya se naturalizó entre los vecinos de la zona.
“Ya no sabemos cómo quejarnos ante la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT). Necesitamos que los camiones sanitarios vengan más seguido a captar los desechos de los pozos rebalsados. Ahora, como los caños del Mercofrut que desembocan en los piletones se trancaron no tuvieron mejor idea que arrojar los desechos cloacales a la calle. Que todo el mundo sepa que este infierno se está viviendo a pocos minutos de plaza Independencia”, bramó en declaraciones a primerafuente, Ángel Tolosa.
Por Esteban Stanich
Primera Fuente
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